JOSÉ DUASO: EL PROTECTOR DE GOYA ANTE EL FANATISMO

En Aragón existen numerosos personajes que han dejado su impronta en el mundo y que la hemos ido olvidando. Unos más olvidados que otros. El caso de José Duaso y Latre es llamativo. Economista, clérigo, diputado en las cortes de Cádiz, Juez, director de la Gaceta de Madrid, miembro de la RAE,  Patriarca de las Indias Occidentales y a pesar de todo ello, olvidado.

De José Duaso se pueden contar numerosas cosas, pero de su vida llama la atención la valentía que mostró al acoger y proteger a Goya de los partidarios del antiguo régimen tras la instauración del absolutismo en 1823.

José Duaso y Latre, nacido en 1775 en Campol -comarca del Sobrarbe-, estudió en Zaragoza leyes y teología en la Universidad y economía en la cátedra de economía civil y comercio de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Durante sus años en Zaragoza conoció a los hermanos Bayeu, artistas y filósofos aragoneses de renombre, además de ser los cuñados de Francisco de Goya.

Cuando José Duaso y Latre marchó a Madrid en 1805 como capellán de la Capilla Real, pudo por fin conocer y entablar relación con Don Francisco de Goya. Una relación que duraría casi dos décadas. Décadas convulsas en España entre la Guerra de independencia y las guerras fratricidas –alzamiento de Riego y la invasión francesa de los 100.000 hijos de San Luis-.

Es en esta última etapa, cuando los problemas empiezan a sobrepasar a un octogenario Goya. La restauración del absolutismo trajo consigo un sinfín de exaltados que atacaban a todo aquel que hubiera estado relacionado con la ilustración. Goya era el más llamativo, y más después de que el rey Fernando VII le quitara su protección. Varios ataques a la casa de Goya y al propio pintor hicieron que su amigo Duaso y Latre actuara y lo llevara a vivir a su propia casa; con el riesgo que llevaba aparejado.

Duaso no anduvo libre de sospecha. Tras la llegada de los 100.000 hijos de San Luis, y antes de acoger a Goya, fue encarcelado y juzgado por colaboracionista con la causa liberal. A falta de pruebas le dejaron libre, pero su pulso al monarca resultaba evidente. No solamente lo mantuvo escondido y protegido en su casa, sino que intercedió por él para que Fernando VII le diera un salvoconducto y se pudiera ir a curar a un balneario francés. La historia ignora si Duaso conocía la intención de Goya de no volver.

De este acto de compañerismo y de amistad, el arte nos ha dejado varias obras. Empezando por los dos últimos retratos que hizo Goya en España. Los retratados fueron dos aragoneses, Don Ramón Satué -actualmente en el Museo Nacional de Amsterdam-, y el propio Don José Duaso y Latre -Museo de Bellas Artes de Sevilla-. Este episodio, desde la perspectiva de Goya, se recoge en la obra teatral “El sueño de la Razón”.

La vida de Duaso fue interesante y relevante. La vida política de este país no sería lo mismo sin él. Pero el momento más humano, es el que demuestra la clase de persona que era. Murió en Madrid, repudiado por la monarquía, en 1849.

José Torres-Remírez

Lcdo. en Economía por la Univ. de Zaragoza