EL SAQUEO DE GALLUR

Gallur fue un enclave importante en la Guerra de la Independencia, ya que por allí entraron los franceses el 13 de junio de 1808 tras la Batalla de Mallén y la población sufrió un intenso saqueo. En este contexto, el ayuntamiento ha destacado a un vecino de 55 años que valerosamente intentó impedir el robo del sagrario, aunque con poco éxito, siendo asesinado por los franceses. El caso de Gallur no fue una excepción. Sucesos como este explican la feroz resistencia del campesinado español ante la invasión francesa.

La llegada del ejército francés se produjo en un momento convulso y de intrigas palaciegas. Fernando VII, hijo del rey Carlos IV, fracasó en su conspiración por el trono contra Godoy, valido de Carlos IV y quien verdaderamente gobernaba España. En ese mismo año, en 1807, Manuel Godoy acordó con Napoleón Bonaparte en el Tratado de Fontainebleau, el libre paso de las tropas francesas por España para invadir Portugal, aliada de Inglaterra.

Al año siguiente, el día 17 de marzo, tuvo lugar el Motín de Aranjuez. El pueblo, instigado por los partidarios de Fernando, asaltó el palacio del Príncipe de la Paz. Aunque Carlos IV se las arregló para salvar la vida de su favorito, Manuel Godoy, fue obligado a abdicar en favor de su hijo Fernando VII el día 19. Por primera vez en la historia de España, un rey era desplazado del trono por las maquinaciones de su propio hijo con la colaboración de una revuelta popular. El pueblo consideraba a Godoy un déspota y a Fernando VII como el rey aupado por ellos mismos, como el rey del pueblo.

Napoleón aprovechó el enfrentamiento familiar para engañar a ambos monarcas e hizo acudir a Carlos IV a Bayona, supuestamente para reconocerle como rey y destronar a su hijo el usurpador, a la vez que sedujo a Fernando VII para que fuera a Bayona a ratificarle como rey de España. Finalmente, una vez en Bayona, Napoleón hizo abdicar a los dos, nombrando rey de España a su hermano José Bonaparte.

Si las clases populares resistieron tan enconadamente ante los ejércitos napoleónicos fue porque Napoleón hizo abdicar a Fernando VII, a su rey, al rey que habían entronado ellos mismos; y también por episodios como el de Gallur, por los saqueos de las tropas de Napoleón. Y es que el ejército de Napoleón era un ejército imparable que conquistaba territorios a la velocidad del rayo pero con muy mala logística y cuando permanecía mucho tiempo en un lugar, se mantenía robando el grano a la población local, como ocurrió en Gallur.

Los ejércitos de Napoleón fueron expulsados de España en 1813 y Fernando VII regresó a España como rey pero no fue la última vez que intervinieron los franceses en nuestro país. Fernando VII en 1814 declaró nulas y sin efectos toda la obra de las Cortes de Cádiz y restableció la monarquía absoluta, comportándose como un tirano. Por ello, en 1820, se produjo un levantamiento militar encabezado por Rafael de Riego, haciendo jurar a Fernando VII la Constitución de Cádiz y poniendo fin a su absolutismo. Mientras tanto, Fernando VII conspiró y pidió ayuda a los franceses que en 1823 enviaron un ejército en su auxilio, llamado los Cien Mil Hijos de San Luis, que restableció el absolutismo anterior.

En esta ocasión, el ejército francés que acudió en socorro de Fernando VII no tuvo que enfrentarse a las clases populares. Con Napoleón aprendieron la lección y esta vez no se produjeron episodios como los acontecidos en Gallur, sino que compraron el trigo necesario para abastecer el ejército a los campesinos españoles, al doble o al triple del precio de mercado.

Santiago Navascués Alcay

Doctor en Historia por la Univ. de Zaragoza