La historia que nos ha dejado uno de los mayores cantares de gestas de la Edad Media como el “Cantar del mío Cid”, y ya en época contemporánea la célebre película protagonizada por Charlton Heston, ha creado en el imaginario colectivo la idea de un Cid como el caballero perfecto, que combate contra las injusticias sin miedo a las consecuencias. Justo con sus amigos pero también con sus enemigos, y sobre todo como un gran caballero que luchaba contra el Islam a favor de la cristiandad. Pero esa es la leyenda, pasando por alto algunas de las facetas de la vida del Cid histórico, como la de aquellos años en los que, desterrado por Alfonso VI de León, se ganó la vida luchando como mercenario para el Islam contra los cristianos, y más concretamente al servicio de la poderosa Saraqusta (Zaragoza).
Algunos textos posteriores a su muerte en el año 1099, datados en el siglo XII, hablan de un joven Rodrigo Díaz luchando en el sitio de Graus (Huesca) del año 1063, acompañando a Sancho, infante de Castilla cuyo padre, el rey Fernando I, había mandado a ayudar con sus mesnadas al rey al-Muqtádir contra Ramiro I, el considerado como primer rey de Aragón. En dicho asedio acabó muriendo Ramiro, asesinado por un soldado musulmán que, disfrazado de cristiano, había logrado llegar hasta la misma tienda del monarca aragonés. Hasta no hace mucho se consideraba cierta la presencia del Cid en este episodio, aunque ahora se duda de su historicidad cada vez más.
La estancia del Cid en Aragón que sí que se ha demostrado comienza en el año 1081. Ese mismo año es desterrado por Alfonso VI de León y Rodrigo Díaz acaba refugiándose con sus mesnadas en la Taifa de Saraqusta, donde llega a un acuerdo para luchar como mercenarios con su rey, al-Muqtadir. Pasó así varios años en una Saraqusta asediada por sus enemigos, sobre todo por la Taifa de Lérida y el pujante reino cristiano de Aragón, que ansiaba bajar por fin a las tierras llanas. Luchando para al-Muqtadir primero y, desde 1085, para su sucesor al-Mutamin, logró importantes victorias para la Medina Albaida (Ciudad Blanca), nombre con el que se referían en los poemas árabes a Zaragoza. Derrotó al rey de la Taifa de Lérida, y también a Sancho Ramírez de Aragón, como ya hemos comentado al comienzo de esta entrada.
Parece ser que ya en el año 1088 el Cid deja de estar al servicio de Saraqusta, aunque todavía permanece un tiempo en tierras del actual Aragón. Es esta la etapa en la que se asienta en el denominado Poyo del Cid, cerca de Calamocha (Teruel), donde estableció una fortaleza y sometió por cuenta propia a las gentes de la región. Es en estos años en los que Rodrigo Díaz logra someter a parias al rey Abd al-Malik de la Taifa de Sahla, más conocida como Albarracín. Más tarde logró conquistar a los musulmanes, con cierto apoyo de Alfonso VI de Castilla, la ciudad de Valencia, donde murió defendiéndola de los ataques almorávides de Ibn Yusuf, que amenazaba en esos años en conquistar toda la península ibérica y anexionar al-Andalus a su gran Imperio norteafricano.
Sergio Martínez Gil
Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza
Alfonso VI de León querrá decir, ya que no existe ninguna fuente primaria donde Alfonso VI firme como rey de Castilla
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Tampoco hay documento alguno de Ramiro I de Aragón firmando como rey y se le considera como tal. Alfonso VI fue rey de Castilla tras la muerte de su hermano Sancho, pues es obvio que Castilla no fue absorbida por León. Un saludo.
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