La paleografía es la disciplina que estudia las escrituras antiguas así como su evolución, sus formas alfabéticas, la caligrafía, las abreviaciones y un sinfín de elementos más que acompañan estos textos. Como disciplina, es muy útil para los historiadores. Sin embargo, pocos conocen que uno de los primeros exámenes metódicos de esta disciplina lo realizó el secretario de Alfonso V de Aragón. Si bien, podemos encontrar algunos pre-paleógrafos antes que él, ninguno afectó tanto a la política del momento como nuestro personaje de hoy: Lorenzo Valla.

Lorenzo Valla nació en Roma entre 1406 y 1407, siendo su padre Luca della Valla, un abogado de Piacenza. Al acabar sus estudios pretendió ejercer como secretario de la administración papal en Roma, pero fue rechazado. Acabó ejerciendo una cátedra de elocuencia en Pavía, dónde comenzó a trabajar en sus primeras obras de filosofía y latín, destacando su tratado De Voluptate (1431).
En Pavía hizo enemistad con el experto en derecho Bartolo, la cual provocó que tuviese que irse primero a Milán y Génova y después a Roma, para acabar finalmente en Nápoles. Fue en la ciudad napolitana en 1433 donde comenzó a relacionarse con Alfonso V de Aragón, que hacía pocos años que había conquistado todo el sur de Italia para la Corona de Aragón.
Estas relaciones con el monarca aragonés dieron su fruto cuando fue nombrado su secretario personal. Durante esta época escribió grandes obras de estudios filosóficos y del latín, aunque la obra que más nos interesa es la de Dialecticae disputationes y Declamazione contro la donazione di Constantino (1440). Era una obra que ponía en duda la veracidad de un texto que era el pilar del dominio papal en Europa, las «Donaciones de Constantino». Pero, ¿qué es este documento?
Las «Donaciones de Constantino» era un decreto imperial atribuido al emperador Constantino (272-337 d.C.) según el cual reconocía como soberano al papa Silvestre I (314-335 d.C.) y le donaba la ciudad de Roma, las provincias de Italia y el resto del Impero romano de Occidente. De esta forma se crearía el “Patrimonio de San Pedro”, es decir, lo que durante siglos fueron los Estados Pontificios que dominaron todo el centro de Italia como si de un reino se tratara.
Este documento daba legitimidad al papa para gobernar tanto Roma como la península de Italia y ejercer su influencia sobre el antiguo Imperio Romano de Occidente. Tenemos noticias de que los papas comenzaron a utilizar este documento a principios del siglo IX como argumento en sus relaciones con el Imperio Carolingio y sus conflictos con el Imperio Bizantino. Durante los siglos posteriores los papas lo utilizaron para legitimar su soberanía sobre Italia frente al Sacro Imperio Romano-Germánico, que dominaba parte del norte de Italia. Ya en torno al siglo XI, el emperador Otón III mostró sus dudas sobre ese documento y vemos como poco a poco los papas dejan de utilizarlo tanto como antes. Sin embargo nadie más cuestionó su autenticidad.
En el siglo XV el papado se encuentra con un nuevo enemigo: Alfonso V de Aragón, que acababa de conquistar el Reino de Nápoles y amenazaba las posiciones papales desde el sur. Resultó ser un vecino molesto para Roma puesto que desde la Santa Sede siempre estaba la idea de controlar toda Italia. De esta forma el papa Eugenio IV creó una coalición junto con Milán, Florencia, Venecia y el emperador Segismundo. En este momento volvió a aparecer la idea de las donaciones constantinas.
Fue entonces, en 1440, cuando después de estudiar mucho el documento, Lorenzo Valla, secretario del Rey de Aragón, demostró que el documento de las Donaciones de Constantino era una falsificación. Los estudios de Lorenzo mostraron que aparecían palabras y usos idiomáticos que no se correspondían con el latín usado en la época de Constantino. Tenemos que tener en cuenta que el latín medieval era muy diferente del latín clásico que comenzó a estudiarse otra vez durante el Renacimiento.
Por lo tanto, ese documento era un engaño. Aunque hemos visto que ya habían aparecido dudas anteriormente sobre el texto, en este momento los intereses políticos de Alfonso V al estar enemistado con el papa hicieron que los estudios de su secretario corriesen a los cuatro vientos e incluso se llegó a exhortar a los habitantes de Roma a que se rebelaran contra el sumo pontífice. El trabajo de Lorenzo Valla llegó se extendió por toda la cristiandad y fue la causa de que los papas dejasen de utilizar tal documento, aunque nunca reconocieron que fuera falso.
El papado argumentó que el documento llegó a existir pero que se perdió por un incendio y que por esta razón tuvieron que hacer una copia moderna y, por lo tanto, la realizaron con los usos gramaticales del momento.
Sin embargo, estudios posteriores explican que parece ser que el documento de las Donaciones de Constantino fue redactado en el siglo VIII para justificar un negocio entre Pipino el Breve y el papa Esteban II por el cual se legitimaba la usurpación del trono de Francia por parte de Pipino frente a la anterior dinastía merovingia a cambio de que el nuevo monarca de los francos diese al papa unos territorios en Italia.
Volviendo a nuestro personaje de hoy, este trabajo que realizó Lorenzo Valla le encantó al rey Alfonso V por lo que se ganó el favor del monarca. Tanto es así que debido a sus estudios y a una disputa con fray Antonio Bitonto provocaron que se juzgase a Lorenzo Valla por hereje en 1444, pero el rey aragonés intercedió por él e interrumpió el juicio.
Como hemos explicado al principio Lorenzo Valla bien se merece el título de padre de la paleografía por lo tempranos e importantes que fueron sus estudios. Es verdad que muchas veces cuando se habla de los orígenes de esta disciplina como hoy en día la entendemos se suele hablar de Petrarca por su amplio conocimiento sobre códices y documentos antiguos. Pero desde mi punto de vista un estudio tan importante para la política del momento y realizado en un época en la que esta disciplina aún no estaba desarrollada, merece la pena ser mencionado y recordado.
Iván Zapater Alonso
Lcdo. en Historia por la Univ. de Barcelona