LA PROTESTA ESTUDIANTIL EN LA ZARAGOZA DE LA DICTADURA (PARTE III): 1968 en la Universidad de Zaragoza.
La relevancia del año 1968 queda perfectamente resumida por Mark Kurlansky en su libro al entender que se trató del año que conmocionó al mundo. Francia, República Checa, Italia, Alemania, Grecia, Estados Unidos, etc., fueron escenarios en los que los acontecimientos marcaron un punto de inflexión, bien cambiaron la forma en la que se concebían hasta ese momento algunos hechos o por el contrario no lograron sus objetivos a corto plazo. Sea como fuere 1968 dará comienzo a una nueva tipología de movilización social en el ámbito occidental: nuevos protagonistas, objetivos, formas de protesta, etc.
En España 1968 será un año de una fuerte conflictividad y movilización estudiantil. Zaragoza será uno de los escenarios más prolíficos en cuanto a acciones de protesta. El año comenzaría con el recuerdo de la entrada de las Fuerzas del Orden Público en el campus universitario sin el pertinente requerimiento del rectorado en diciembre de 1967. Una acción que supuso la violación del fuero universitario y desencadeno tanto manifestaciones de protesta como la propia repulsa por parte de la Junta de Gobierno de la Universidad de Zaragoza.
Enero será uno de los meses más complicados. La constitución de la Junta Directiva de la Asociación de Alumnos de Medicina será la causa del desencuentro entre el Rectorado y los estudiantes. La persona elegida como presidente era un alumno de tercer curso. La Orden Ministerial de 23 de julio de 1966 en su artículo ocho estipulaba que tendría que ser un estudiante que cursara uno de los dos últimos años de licenciatura.
El día veinte daba inicio una manifestación que terminaría con la detención de dos estudiantes: Fernando Villacampa e Ismael Pascual. El día veintidós se procedía a la detención de Francisco Orellana, delegado de la Asociación de Estudiantes de Medicina, para interrogarlo sobre lo ocurrido dos días atrás.
En marzo, como consecuencia de las detenciones practicadas por la policía con motivo de la VI Reunión Coordinadora y Preparatoria del Congreso Democrático de Estudiantes, celebrada en Sevilla, los estudiantes de las facultades de Medicina, Derecho, Veterinaria y Ciencias convocaron el día varias jornadas de inasistencia a clase, que generó la amenaza por parte de las autoridades académicas con sancionar a todos aquellos estudiantes que no acudieran a clase, medida que resultó efectiva.
Las movilizaciones se prolongaban mes a mes y abril será otro momento álgido de las mismas. Durante los primeros días del mes se celebraron reuniones, asambleas y manifestaciones. La tensa situación terminó con graves enfrentamientos con la

Policía Armada y la detención de once estudiantes que fueron puestos a disposición judicial. Dos de ellos fueron multados con 5.000 pesetas, seis con 3.000 pesetas y de los tres restantes desconocemos las penas impuestas. La gravedad de lo sucedido condujo al Gobierno Civil a publicar una nota de prensa explicando todo lo ocurrido (La Vanguardia Española, 7 de abril de 1968).
El clima de conflictividad se extendía por casi todos los campus universitarios del país. En gran medida sostenido por las noticias que llegaban de Francia, las sucesivas jornadas de protestas anteriores a mayo. La Dirección General de Seguridad dedicó gran parte de sus recursos para revertir esta situación. Todos los sectores de la sociedad sufrieron del proceder de la Brigada Político Social. La primera oportunidad en la que asestar un golpe a las protestas fue la convocatoria de las celebraciones del 1º de mayo. Entre los días treinta de abril y uno de mayo se practicaron un total de 687 detenciones, 14 de ellas en Zaragoza.
La explosión del mayo francés sirvió de inspiración y ejemplo para muchos de los estudiantes que se atrevieron a desafiar al régimen y salir a la calle para mostrar su descontento. Las autoridades españolas mostraron un alto grado de preocupación ante la posibilidad de la extensión a España de los acontecimientos franceses. Además de mostrar su apoyo al gobierno de De Gaulle el gobierno español intentó establecer un cordón sanitario que redujera de forma sustancial la información sobre la situación en Francia.
El parón veraniego enfrió la situación pero la reanudación de las clases en septiembre traería nuevas protestas. En noviembre un militante del PCE informaba mediante cada codificada a la dirección del partido que “La apertura de curso (1968-1969) se hace bajo el signo de la lucha como sucede ahí (refiriéndose a Madrid), las asambleas de facultad se suceden a diario y el trabajo intenso de propaganda explicando las luchas estudiantiles y obreras.”1
Los últimos meses de 1968 vendrían marcados por la continuidad de la movilización universitaria. Todo cambiaría en enero de 1969, un hecho fatídico cambiaria el rumbo de las protestas, el asesinato el 20 de enero de 1969 en Madrid de Enrique Ruano, estudiante de derecho y militante del Frente de Liberación Popular. La oleada de protestas se propagó por toda España y tras casi un mes de conflictos el gobierno declaró el 24 de febrero el Estado de excepción por un periodo de tres meses.
Sergio Calvo Romero
Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza