MARIANO BARBASÁN

El 3 de febrero del año 1864 nació en Zaragoza el pintor Mariano Barbasán, el otro gran representante de la pintura aragonesa de la época junta a Francisco Pradilla. La pintura aragonesa del último tercio del siglo XIX y de comienzos del XX estuvo marcada por dos grandes figuras. La primera el gran Francisco Pradilla, de cuyo fallecimiento se cumplió el primer centenario en noviembre del año 2021. El otro gran representante aragonés del arte pictórico de aquél momento fue el zaragozano Mariano Barbasán.

Lo cierto es que no se conoce mucho sobre su juventud y sus primeros años de formación. Tan sólo que se marchó a Valencia con apenas 16 años para iniciarse como artista en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, permaneciendo allí entre los años 1880 y 1887 y donde trabó amistad con Joaquín Sorolla. Después se marchó a Madrid, ansioso por conocer las colecciones de un Museo del Prado que por entonces todavía no era lo que es hoy, y no lo digo por las obras que por entonces contenía, sino porque era famosa su endémica desorganización y donde proliferaban los trabajadores sin ningún tipo de formación pero puestos a dedo, y que tantos quebraderos de cabeza les produjó a algunos de sus directores, como Federico Madrazo o el propio Pradilla, que llegó a dimitir del cargo totalmente hastiado.

Barbasán también aprovechó su estancia en Madrid para viajar en varias ocasiones hasta la cercana Toledo, donde tuvo varios encargos pictóricos de escenas con temática histórica. De hecho fue en esos años cuando pintó su primera gran obra de renombre, el “José explicando el sueño del copero en el palacio del faraón”, lo que le valió el ser pensionado por la Diputación de Zaragoza en 1889 para poder ir a vivir a Roma y ampliar allí sus estudios en la recientemente creada Academia Española, fundada durante la Primera República Española, y que tiene una de las mejores vistas de la ciudad eterna desde lo alto de la colina del Gianicolo. Allí permaneció estudiando primero y desarrollando después su carrera profesional como pintor durante 30 años, lo que podría explicar en parte que su obra no sea tan conocida en España. De hecho, tras terminar su formación, abrió allí su propio estudio donde recibió multitud de encargos. Y es que Roma todavía vivía sus últimos coletazos como la meca del arte a nivel mundial. Cualquier amante del arte con posibles económicos tenía que viajar a Roma donde podía encargar obras a los muchos artistas de todo el mundo que allí estudiaban y trabajaban.

Pedro III el Grande en el collado de las Panizas, obra de Mariano Barbasán

Pintó algunas obras de carácter histórico, siendo seguramente la más famosa de todas la de “Pedro III en el collado de las Panizas”, pintada en 1891 y que representa a este monarca aragonés contemplando altivamente desde las alturas al ejército de Felipe III de Francia, al cual acababa de derrotar en el año 1285 durante la Guerra de las Vísperas Sicilianas. Sin embargo, Mariano Barbasán destacó sobre todo por sus obras de carácter costumbrista, rural y de paisajes, con un estilo realista, con mucho colorismo y con cierta influencia del impresionismo. Por ejemplo, destacan sus cuadros “Llanura encharcada” y “Tristeza invernal”. Su trabajo fue muy reconocido y valorado en Europa, ya que además de su trabajo en Roma participaba con sus obras en exposiciones pictóricas de ciudades como Múnich, Berlín y Viena, mientras que en España no participó en ninguna hasta que regresó pocos años antes de su muerte.

Permaneció afincado en Roma hasta cumplir los 57 años, momento en el que se sintió enfermo y decidió regresar en el año 1921 a su Zaragoza natal, donde se le ofreció ocupar el puesto en la Academia de Bellas Artes de San Luis que había quedado vacante tras la muerte a finales de ese año de Francisco Pradilla. Aún le dio tiempo de organizar en 1923 una muestra antológica de su obra en el Centro Mercantil de Zaragoza que recibió grandes elogios. Pero finalmente falleció el 22 de julio de 1924, siendo enterrado en el cementerio de Torrero. Al año siguiente, su hijo organizó una nueva exposición en su memoria que contribuyó a situarle con todo merecimiento como una de las grandes figuras de la pintura aragonesa de su época.

Sergio Martínez Gil

Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza


BIBLIOGRAFÍA

  • Mariano Barbasán. 1864-1924, cat. exp., Zaragoza, prodei, 1996.
  • Pantorba, Bernardino de, Mariano Barbasán. Ensayo biográfico y crítico [1939], Manuel García Guatas (ed.), Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y La Rioja, 1984.