Cerdeña: una Semana Santa congelada en el tiempo
El pueblo sardo se caracteriza por el amor que sienten hacia sus propias tradiciones. Difícil es conocer hasta qué punto los aragoneses dejaron huella en el legado cultural, pero sería impropio ignorar casi cuatro siglos de presencia.
A finales del siglo XVI y con la llegada del movimiento cultural del barroco, los actos religiosos comenzaron a celebrarse en el exterior de las iglesias, en Cerdeña, estos actos se realizaban a imagen y semejanza de los que se desarrollaban en Aragón.

La Semana Santa de Cerdeña, Sicilia, Nápoles y parte del sur de la península itálica comparte las mismas características y se diferencia con claridad del resto de las tradiciones de Italia. Mientras en ciudades como Roma, Milán, etc. los eventos religiosos se realizan dentro de las iglesias y en otras poblaciones incluso desde un ambiente más festivo, en los antiguos territorios de la Corona de Aragón se mantiene intacto el dramatismo y tremendismo de la Semana Santa española tan conocido por nosotros. Tras la consulta de diferentes archivos y documentación relativa a la Semana Santa sarda, comprendemos que la tradición actual de “sa Chida Santa” es la más parecida a la originaria de la que nosotros vivimos en España, ¿Por qué? Porque no ha sido influenciada por ningún componente externo que ocasione su pérdida de identidad, como pudiese ser el turismo, otras tipologías de semana santa e incluso el fenómeno de la homogeneización cultural.
Comenzaremos por visualizar la música que acompaña a las procesiones. En todo el Reino de Aragón se acompañaba con el canto del miserere y unos pocos instrumentos de sonido ronco, como tambores, matracas y carracas. Estos dos últimos instrumentos típicos aragoneses datados del siglo XII, nos encontramos que en Cerdeña hoy en día sigue resonando la misma música, además se conservan cantos en tres lenguas diferentes: catalán, sardo y español.
La estructura coral sarda se compone de cuatro tenores emulando cuatro tonalidades de voz diferentes, cuya hipótesis de origen se establece en los pastores, pero la realidad se desconoce. Actualmente es Patrimonio Cultural Inmaterial reconocido por la UNESCO.
Respecto a la vestimenta, los “confratelli” llevan hábitos semejantes a los que portamos en Aragón, las mujeres que acompañan a las imágenes se cubren la cabeza con mantilla española, eso sí, sin teja. Además, siendo de lo más curioso la prenda de cabeza generalizada en la isla “Lu cappucciu” que es primo-hermano de nuestro tan característico tercerol. No es extraño que tengan el mismo origen, puesto que el tercerol es una prenda de cabeza que portaban las personas que procedían de los campos, y recordemos la fuerte tradición rural de Cerdeña.

Y por último, hablando de los diferentes rituales que se desarrollan a lo largo de la semana, nos vamos a centrar en “S’incravamentu” o “Lo Desclavament”. En Aragón lo conocemos como “el descendimiento” y proviene de los franciscanos misioneros, quienes utilizaban este acto teatral, en el que se combinaban tramoyas y efectos especiales, para explicar a través de la imagen a los pueblos indígenas durante la colonización el misterio de la pasión. Es por el Concilio de Trento que pasa a manos de las cofradías y es entonces cuando comienza su desarrollo en los territorios de dominación española. En Aragón en la actualidad se sigue representando en 15 localidades, desatacando el acto del descendimiento de Tarazona cuyo origen es 1565 y, además, comparte estructura con los descendimientos sardos. Cabe destacar la posterior procesión del Santo Entierro de este cristo descendido que, aunque para nosotros nos parezca algo habitual, en Italia no lo es.
En la isla, situada a 1.000km, se produce un fenómeno cultural que denominamos como “La cristalización constante de Cerdeña”, debido al aislamiento y al fascinante pueblo sardo con su fuerte identidad, han contribuido a que hoy en día podamos observar tradiciones que se realizaban durante el periodo de la Corona de Aragón.
María Nogueras Edo
Doctoranda en patrimonio
Bibliografía
• Fiori, G. (23 de Enero de 2020). cofrade de la «La Confraternita Oratorio di Santa Croce di Castelsardo». (M. Nogueras Edo, Entrevistador)
• García de Paso Remón, A., & Gracia, J. (2014). Tambores de Zaragoza 75 años. En A. Gacía de Paso Remón, Los sonidos de la Semana Santa antes de la difusión de las bandas de percusión (págs. 13-31). Zaragoza: Mira Editores.
• López Calvera, M. (1997). Sonidos de la Semana Santa. «La campana de madera». Tercerol. Cuadernos de investigación. No2, págs. 77-100.
• Ruiu, F. S. (2007). I riti della Settimana Santa in Sardegna. Nuoro: Imago.