El 10 de febrero de 1908 nació Pablo Serrano en Crivillén (Teruel). Fue uno de los más grandes escultores españoles y del mundo, que en 1982 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Estudió escultura en Zaragoza y después en Barcelona. Pero es en Sudamérica donde adquirió fama y prestigio internacional. A partir de 1929 inició su actividad escultórica en Argentina y Montevideo (Uruguay) . Su estancia por aquellos lares duró 25 años. Sin embargo, a pesar de que estaba lejos de Europa, siempre mantuvo el contacto y estuvo al corriente de las vanguardias europeas en el arte de aquel momento.
En los años cuarenta y cincuenta recibió varias veces el Primer Premio Nacional del Salón de Bellas Artes de Montevideo y se convirtió en un referente de la escultura en Latinoamérica. Chile, Méjico, Uruguay, Puerto Rico y Argentina están salpicados de esculturas de este período de su vida.
Le faltaba dar el salto a Europa, regresar a sus raíces, cosa que hizo en 1955 tras recibir el Gran Premio de Escultura en la Bienal Hispanoamericana de Barcelona. En el año 1957 fundó el Grupo El Paso, que se convirtió en un movimiento vanguardista que introdujo el arte abstracto en la península.
Expuso sus obras en los principales museos de Europa y América, convirtiéndose en uno de los escultores más importantes a nivel mundial de la segunda mitad del siglo XX. Museos como los de Milán, Berlín, el MoMA y el Guggenheim de Nueva York, el Ermitage de San Petersburgo, el Centro Georges Pompidou de París, el de Arte Contemporáneo de la Villa de París, la Fundación Gulbenkian de Lisboa, el Middelheim de Amberes, la colección Gaudifond Arte, los Museos Vaticanos y el Nacional Centro de Arte Reina Sofía, albergan sus obras; por citar tan sólo, los más prestigiosos, ya que la lista es interminable.
Como podéis ver, destacó por ser un autor muy prolífico. Su acción más comprometida fue retirar en 1975 su obra de la exposición Telecom 75 en Ginebra como protesta por los últimos fusilamientos franquistas.
Finalmente, murió en Madrid en 1985, cediendo parte de sus obras al Museo Pablo Serrano de Zaragoza, responsable de investigar, exhibir y difundir el legado del artista. Han transcurrido ya muchos años desde su muerte pero su obra ha dejado una honda huella en todo el mundo y por ello, se siguen sucediendo innumerables exposiciones de sus trabajos en ciudades como Estrasburgo, Roma, Buenos Aires, Brasilia, Santiago de Chile, Rabat, Valencia, Madrid, Barcelona…

Recomiendo a los que pasen en los próximos días por la plaza del Pilar que se fijen en la fachada de la Basílica del Pilar, ya que contiene una de sus más famosas esculturas. Me refiero a la Venida de la Virgen que aparece en la fotografía. No obstante, no es la única obra del aragonés que puede verse en la ciudad. También son de Pablo Serrano las siguientes esculturas de la capital aragonesa: San Valero y el ángel en la puerta del Ayuntamiento, el monumento a José Sinués detrás del Teatro Principal, el Homenaje a Picasso que hay en la fachada de su museo, un pan partido en uno de los patios del Edificio Pignatelli y muchas otras más.
Santiago Navascués Alcay
Doctor en Historia por la Univ. de Zaragoza