«EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA»: UN OSCAR PARA BUÑUEL

le_charme_discret_de_la_bourgeoisie-677242765-large
Cartel francés de «El discreto encanto de la burguesía».

El 27 de marzo de 1973 el aragonés Luis Buñuel fue premiado con el Oscar a la mejor película extranjera por su obra, “El discreto encanto de la burguesía”.
El director calandino había estrenado la película el año anterior, en 1972, recibiendo una gran acogida por el público tanto en Europa como en EE.UU. En un comienzo quiso rodar la película en España, pero las enormes limitaciones que le imponía la censura de la dictadura franquista, tal y como ya le había sucedido más de una década antes con el rodaje de la famoso «Viridiana«, hicieron que finalmente la película fuera una producción francesa.

Esta obra supuso que Buñuel fuera el primer director de cine español que logró el Oscar a  la mejor película extranjera, reconociendo la calidad de una de sus obras cumbre, lo que la convierte en todo un hito. Sin embargo, este premio parece que haya pasado un poco desapercibido, pues como he comentado la película no representaba a España, sino a Francia, quien tiene el honor de acreditarse el que es considerado como el entorchado más importante del cine mundial. No quiero seguir el artículo por miedo a tratar el argumento de la película y destriparla a aquellos que no la hayan visto -aunque ya ha pasado un poco de tiempo desde su estreno…-, pero para quien quiera adentrarse un poco más en esta gran figura del cine aragonés, os recomendamos artículos como el monográfico dedicado a Buñuel o el que trata la genial anécdota del banquete de los genios, aquella pequeña fiesta privada en Beverly Hills en la que los más granado del cine de Hollywood le dedicó un pequeño homenaje al cineasta turolense.

Bunuel-Oscar
Buñuel disfrazado posando con el Oscar a mejor película extranjera.

Para terminar, no quiero olvidarme de una pequeña anécdota que nos brindó Buñuel al respecto. Apenas un año antes de que le concedieran el premio, el director dijo en unas declaraciones a la revista «Variety«que «Nada me disgustaría más moralmente que recibir un Oscar. No lo tendría en mi casa«. El calandino era uno de esos directores que criticaban la excesiva moralidad proamericanista de la Academia, que buscaba siempre premiar a aquellos trabajos que impulsaban el ideal de vida estadounidense, por entonces muy marcado por su lucha contra el modelo soviético de la URSS. De hecho, Buñuel no acudió a la ceremonia de entrega, siendo el premio recogido por el productor de la película. Sin embargo, Buñuel no dudó más tarde posar disfrazado con el premio, a modo de chanza. Desde luego a excéntrico pocos le ganaban.

Sergio Martínez Gil

Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza