El inexorable paso del tiempo ha hecho que algunos conflictos civiles de gran trascendencia para la historia de España hayan ido cayendo en el olvido, quedando apenas como un pequeño episodio en los libros de texto que apenas se toca ya casi ni en los centros educativos ni en la propia universidad. En eso se ha quedado, por ejemplo, la Primera Guerra Carlista, la cual tuvo una enorme trascendencia en su momento y conllevó consecuencias que perduran hoy en día. Quizás en Aragón queda un mayor recuerdo, al ser uno de los escenarios del conflicto, y aún más en Zaragoza, que cada año celebra la famosa Cincomarzada. Pero, ¿fue este el único episodio que acaeció en la capital del Ebro durante esa guerra?
En 1834 se produjo en el Arrabal y en las Tenerías de Zaragoza un alzamiento carlista. Apenas cinco meses antes, en septiembre de 1833, murió el inefable Fernando VII y dejaba en el trono a una niña de sólo tres años, Isabel II. El tío de esta, Carlos María Isidro de Borbón, había sido el heredero al trono hasta el nacimiento de Isabel en octubre de 1830 y sus convicciones absolutistas no concebían que una niña llegara a ser reina de España, por muy hija de rey que fuera, y que le quitara el trono que tanto ansiaba. Así pues, tras la muerte de Fernando, Carlos María publicó el Manifiesto de Abrantes y se proclamó rey de España como Carlos V, comenzando una larga guerra civil (1833-1840) contra los llamados isabelinos, aquellos que apoyaban a Isabel y que abogaban por un giro político hacia el liberalismo para dejar atrás el Antiguo Régimen.

El carlismo logró su mayor arraigo popular en Navarra, Euskadi, el Maestrazgo aragonés y castellonense, y algunas regiones de Cataluña, quedando la mayor parte de Aragón entre dos tierras. En estos primeros meses de la guerra, buena parte de la zona al norte del Ebro basculaba en favor del carlismo, y algunos sectores zaragozanos quisieron que la ciudad se convirtiera en la gran capital del movimiento carlista, el cual siempre careció de grandes ciudades.
Ante estas circunstancias, el día 27 de febrero de 1834 grupos de civiles zaragozanos se reunieron en el Arrabal y las Tenerías y comenzaron a causar alborotos para provocar un levantamiento generalizado en favor del pretendiente al trono Carlos.
A estos grupos de civiles se les une en su apoyo el teniente-general Juan Penne-Villemur, conde de Penne-Villemur. Sin embargo, el capitán general de Aragón, el general Ezpeleta, se entera de lo ocurrido y tras reunir un contingente armado y con el apoyo de la población zaragozana reprime por la fuerza el alzamiento carlista, que huye hacia Navarra tras dejar varios muertos y finalmente se unirán a las tropas del carlista Tomás de Zumalacárregui.
La relación de Zaragoza con el carlismo no se quedará ahí, pues justo cuatro años después se producirá un nuevo intento de tomar la ciudad por parte de los carlistas en la famosa jornada de la Cincomarzada y de la que te hablamos aquí.
Sergio Martínez Gil
Lcdo. en Historia por la Univ. Zaragoza
*Imagen principal, «Trinchera carlista», obra de Josep Cusachs (finales del XIX).