LA HUELGA TRIBUTARIA DE BASILIO PARAÍSO
Tras el Desastre de 1898, España había perdido sus últimas posesiones del antiguo imperio que fue. Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam dejaron de ser españolas y empezaron a estar sometidas, de alguna manera, a Estados Unidos. Estas humillantes derrotas militares provocaron que hubiera que realizar algunos cambios estructurales.
El más importante, o por lo menos, el que más se notó a corto plazo, fue el plan económico que llevó a cabo el ministro Raimundo Fernández Villaverde (1848-1905). Las medidas económicas que propuso fueron destinadas en primer lugar a reducir la cuantiosa deuda pública que había generado la Guerra de Cuba, que en Diciembre de 1899 ascendía a 9.796 millones de pesetas. La primera medida fue realizar una quita de la deuda de 150 millones que recayeron en aquellos que habían prestado dinero al estado para la guerra, principalmente empresarios aragoneses, catalanes y valencianos. La ampliación del plazo de la devolución de la deuda en 50 años, lo que empobrecía a los tenedores de la deuda. Y por último un impuesto del 20% sobre los intereses que cobrarían los que poseían la deuda. Todas estas medidas provocaron el malestar de los empresarios que habían acudido al auxilio de las arcas públicas cuando el Estado les pidió ayuda para financiar la guerra.
Respecto a impuestos que afectaran a los consumidores, Villaverde generó un impuesto sobre las utilidades de la riqueza mobiliaria. A pesar de dicho nombre, el impuesto gravaba el salario obtenido por los trabajadores y los beneficios que obtenían las empresas. Y para que ninguna empresa o empleado se escapara de este impuesto obligó a todas las empresas a estar registradas (Registro de Sociedades). También subió los impuestos del azúcar y el tabaco (incrementando su precio).
Por último, Villaverde también se granjeó la enemistad del ejercito cuando su plan económico retrasaba el plan modernizador que tenía el ministro de la guerra, Camilo García de Polavieja. Con este ambiente ocurrió una revuelta en la ciudad de Barcelona que se denominó “Cierre de Cajas”. Los participantes pedían que se eximiera a los industriales y comerciantes catalanes del pago de todos los nuevos impuestos. La revuelta estaba dirigida en la sombra por el propio alcalde de Barcelona, el ministro de justicia, que era catalán, y el ministro de la guerra, Polavieja. Esta revuelta no tuvo ningún efecto y los dos ministros y el alcalde de Barcelona dimitieron el 25 de Octubre de 1899. En este contexto los dos grandes reformistas aragoneses de finales del XIX, Joaquín Costa y Basilio Paraíso, intentaron acabar con dicha reforma tributaria en un contexto nacional.
La Liga Nacional de Productores dirigida por Joaquín Costa y las Cámaras de Comercio lideradas por Basilio Paraíso se unieron en este objetivo común y crearon la Unión Nacional. La idea de Costa era crear una generación de españoles a través de reformas educativas que pudieran enfrentarse a gobiernos como el de Silvela y ministros como Villaverde, mientras que Basilio Paraíso aboga por una huelga tributaria, como la vivida en Barcelona, pero a nivel nacional. Mientras que Costa ve imposible que dicha huelga sea seguida por el pueblo, Paraíso se empeña en que todo salga bien. En los meses de abril, mayo y junio, Paraíso intenta que se sumen todos los ciudadanos a su causa. Sin embargo, graves altercados en Segovia, Cádiz, y sobre todo en Barcelona, ciudad donde se volvieron violentas las manifestaciones, provocó que la gente dejara de apoyar esta medida. En septiembre de 1901, tras el fracaso de la huelga tributaria de Paraíso y la continuidad de la reforma tributaria de Fernández Villaverde, se llevó a cabo la disolución de la Unión Nacional de Paraíso y Costa.
José Torres-Remírez
Lcdo. en Economía por la Univ. de Zaragoza
Bibliografía Básica
-Avilés Farré, J., Elizalde Pérez-Grueso, Mª. D. y Sueiro Seoane, S. (2002) “Historia Política de España (1875-1939)” ISTMO, Madrid.
-Comín Comín, F. (2002) “El Plan de Estabilización de Raimundo Fernández Villaverde” Cuadernos de Infromación Económica, 168, pp. 189-196.
-González Calleja, E. (1998) “La Razón de la Fuerza. Orden Público, subversión y violencia política en la España de la restauración (1875-1917)”, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid.
-Junta de la Lliga de Defensa Industrial i Comercial (1899) “Als contribuyents de Barcelona”.
-Portero Rodríguez, F. (1983) “Francisco Silvela, jefe del conservadurismo español” Revista de Historia contemporánea, vol. 2, pp. 146-166