FIDEL PAGÉS, EL OSCENSE QUE INVENTÓ LA EPIDURAL

La anestesia epidural ha sido uno de los grandes avances de la Medicina en el siglo XX. El oscense Fidel Pagés Miravé es otra de esas importantísimas figuras históricas a las que no se les ha dado el reconocimiento merecido y que incluso han caído literalmente en el olvido. Afortunadamente, poco a poco se va trabajando para que eso deje de ser así, y hoy en día ya no es tan raro el saber que fue un aragonés quien inventó la anestesia epidural. Fidel nació un 26 de enero del año 1886 en la ciudad de Huesca, fruto del matrimonio de Concepción Miravé Sesé y Juan Pagés Marqué. Pasó su niñez y juventud en su Huesca natal, donde realizó sus estudios secundarios para después marcharse a Zaragoza a estudiar Medicina en la universidad.

Ya por entonces demostró ser un estudiante brillante, ya que se licenció en junio del año 1908 con honores suma cum laude para después ingresar en el cuerpo médico del ejército. Y no lo hizo en un momento cualquiera, ya que España se iba a enfrentar a una verdadera guerra en el protectorado donde ejercía su soberanía como potencia colonial en el norte de Marruecos. En el año 1909 se produjo una agresión por parte de las tribus rifeñas contrarias a la dominación extranjera, y que atacaron a los trabajadores de las minas de hierro del Rif, cerca de Melilla. Esto provocó la intervención del ejército español para intentar garantizar la seguridad del protectorado y de los intereses españoles, pero en el intento se produjeron varias derrotas, siendo la más grave la del Desastre del Barranco del Lobo. Los rifeños emboscaron a las tropas españolas infringiéndoles el 27 de julio de 1909 graves pérdidas con alrededor de 150 muertos y unos 600 heridos.

El caos sanitario posterior en el servicio médico de Melilla provocó que fueran movilizados de urgencia nuevos contingentes para poder crear varios hospitales militares de emergencia, estando Fidel Pagés entre los movilizados y pasando los dos años siguientes en Melilla. Allí consiguió una dura pero inestimable experiencia en la práctica de la cirugía de emergencia, recibiendo de hecho por su desempeño la cruz militar de primera clase. Tras finalizar su servicio en el terreno regresó a España en 1911 ya con el grado de primer oficial médico, pasando desde entonces por varios destinos como Tarragona, Toledo y Madrid y empezando a publicar sus primeros artículos de investigación médica en 1912 hasta conseguir doctorarse en 1913 en la Universidad Central de Madrid, llegando a trabajar desde 1915 en el Ministerio de la Guerra. Incluso llegó a tratar en varias ocasiones de alguna dolencia a la reina María Cristina, viuda de Alfonso XII y madre del por entonces rey Alfonso XIII, llegando a entablar con ella una amistad personal.

En ese momento se estaba librando en Europa la terrible Primera Guerra Mundial (1914- 1918), y dado sus conocimientos de alemán fue destinado como comisionado al Imperio austro-húngaro para inspeccionar sus campos de prisioneros, donde siguió trabajando y poniendo en práctica sus amplios conocimientos médicos. Gracias a toda su experiencia comenzó a aplicar diferentes experimentos en las intervenciones quirúrgicas de campaña, intentando así aliviar el trauma de aquellos heridos en el campo de batalla que solían ser intervenidos de terribles heridas sin anestesia o con técnicas todavía algo rudimentarias o peligrosas. Fue entonces cuando desarrolló el uso de la anestesia epidural publicando en 1921 un artículo en la Revista Española de Cirugía, editada por él mismo, en el que describía el uso de este tipo de anestesia en 43 operaciones.

¿Pero en qué consiste este tipo de anestesia? Funciona introduciendo un anestésico local en el espacio epidural, situado en el canal vertebral y cuya función es proteger a la médula de posibles daños producto de los propios movimientos de la columna. Introduciendo ahí esa anestesia se bloquea en buena medida la percepción del dolor por parte de los nervios de la zona. Se empezó a utilizar en operaciones de pelvis, pierna y genitales, pero sin duda la aplicación más famosa es en los partos, rebajando así la sensación de dolor de la madre en un trance que durante siglos fue tremendamente peligroso y una de las mayores causas de mortalidad entre las mujeres. Lo cierto es que el primero en realizar ese tipo de bloqueo del dolor fue el neurólogo estadounidense James Leonard Corning en 1855, inyectando cocaína en el espacio epidural de un voluntario. Sin embargo, fue el aragonés Fidel Pagés el primero en desarrollarlo convirtiéndose así en el inventor de la técnica. Sin embargo, su trabajo, publicado en 1921, no fue traducido, y no mucho tiempo después, el 21 de septiembre de 1923, Fidel Pagés murió trágicamente en un accidente de tráfico mientras regresaba a Madrid tras pasar unos días de vacaciones. Por ello no tuvo realmente tiempo de divulgar su avance, quedando este prácticamente en el olvido durante un tiempo. Por eso, y cuando en 1931 el cirujano italiano Achille Mario Dogliotti consiguió el mismo resultado con sus propias investigaciones, se le atribuyó a él su invención, aunque al año siguiente numerosos investigadores empezaron a reconocer que el verdadero inventor había sido Fidel Pagés. Así, uno de los mayores avances médicos de la historia tiene, como podemos ver, un auténtico sabor aragonés.

Sergio Martínez Gil

Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza