Albarracín, además de ser una de las localidades más bonitas de Europa, tiene una historia excepcional a lo largo de la Edad Media siendo durante varios siglos tanto un reino de taifa independiente como después un señorío cristiano. Tras pasar de manos musulmanas a las cristianas, todavía se mantuvo como un señorío independiente que orbitó entre los intereses aragoneses y castellanos y que desafió a monarcas como Jaime I el Conquistador o Pedro III el Grande hasta que finalmente acabó siendo incorporado al reino aragonés. ¿Cómo fue este proceso?
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